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El megaoperativo para trasladar un reactor fabricado por IMPSA para la destilería de YPF en Luján de Cuyo se convirtió en un verdadero dolor de cabeza. La estructura, de 456 toneladas, permanece inmóvil a un costado de la ruta 7 porque un puente clave en el trayecto no soporta ni el 10% de su peso.
El convoy, que partió el viernes 15 de agosto, debió detenerse el domingo por orden de Vialidad Nacional hasta reforzar el puente con 80 puntales metálicos. El montaje de estos soportes —una especie de gatos hidráulicos industriales— comenzará este miércoles, en un proceso que demandará varios días para calibrar cada punto de apoyo.
El caso dejó al descubierto la falta de coordinación entre IMPSA y las autoridades viales: la traza alternativa se presentó en mayo, pero recién la semana pasada se entregaron los estudios finales para su aprobación.
El reactor, que mejorará el refinamiento en YPF Luján de Cuyo, seguirá su marcha solo cuando se termine el refuerzo provisorio del puente. Mientras tanto, la mole de acero permanece varada como una postal insólita al costado de la ruta.
